Windows 8 ofrecerá un modo de inicio rápido que reducirá los tiempos de arranque del sistema operativo. Algo que, sin duda, representa una buena noticia para aquellos usuarios que prefieran apagar sus PC cuando terminen de utilizarlos a dejarlos en modo de hibernación.
Este modo de arranque rápido es una combinación entre el arranque en frío tradicional y la hibernación. Según explica en el blog Building Windows 8 Gabe Aul, director de gestión de programa Windows, en el apagado tradicional, como el de Windows 7, se cierran todas las sesiones, mientras que en el modo de inicio rápido de Windows 8, se mantendrán en hibernación la sesión del kernel.
Por lo que respecta a la diferencia entre el nuevo modo de inicio de Windows 8 y la hibernación completa, reside en que en ésta última tampoco se cierran las sesiones de usuario. Poner en estado de hibernación únicamente los datos del núcleo del sistema exigirá escribir menos datos en disco –en la hibernación completa se deben guardar todas las páginas en uso por las aplicaciones- y agilizará por tanto el proceso.
Además, el sistema de arranque de Windows 8 aprovechará todos los núcleos de la CPU para aumentar la rapidez.
En cualquier caso, Microsoft mantendrá también la opción de realizar un apagado completo en Windows 8.